
Un equipo de científicos franceses y argentinos anunció mediante una conferencia de prensa el descubrimiento en Catamarca de lo que describieron como los restos arqueológicos más antiguos de Sudamérica, datados entre 30.000 y 40.000 años. No obstante, la noticia generó escepticismo dentro de la comunidad científica debido a la ausencia de una publicación académica que respalde los hallazgos.
La investigación, desarrollada en Cueva Cacao de Antofagasta de la Sierra y dirigida por Eric Boëda de la Université Paris Nanterre, reportó el hallazgo de artefactos líticos, fibras vegetales y restos de megafauna en estratos de 39.000 años de antigüedad, lo que sugeriría una coexistencia temprana entre humanos y animales pleistocénicos. En niveles superiores, de 3.000 años, se documentaron mechones de cabello, sandalias, cerámicas y pinturas.
Sin embargo, la comunicación pública previa a la revisión por pares motivó la reacción de especialistas como Gustavo Politis, arqueólogo del CONICET, quien señaló a este medio: “Este hallazgo no ha sido aceptado ni rechazado pura y simplemente porque no está publicado. No hay presentación de datos para que los arqueólogos podamos evaluar las evidencias”. Politis destacó que las propuestas más aceptadas sitúan el poblamiento sudamericano entre 14.000 y 15.000 años atrás, con evidencia consolidada en sitios como Monteverde (Chile) y Arroyo Seco II (Argentina).
Jorge Martínez, investigador del CONICET que participa en el proyecto catamarqueño, optó por eludir la polémica y manifestó su preferencia por esperar a la publicación formal del estudio antes de realizar declaraciones. El hallazgo había generado entusiasmo institucional, con una visita del gobernador Raúl Jalil al yacimiento, aunque la validación científica permanece pendiente.




